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Estudiar en el extranjero: cómo adaptarte a otro país

Estudiar en el extranjero

Estudiar en el extranjero representa una gran cantidad de cambios y emociones encontradas. Marcharte para explorar la vida en otro país y absorber otra cultura es un viaje enriquecedor por muchas razones, pero a la vez puede ser una experiencia abrumadora para la cual deberás prepararte previamente. 

Pensando en esto y con la experiencia de haber emigrado, hemos preparado esta guía con algunos consejos que podrás poner en práctica fácilmente. Te aseguramos que así lograrás disminuir el impacto de un posible choque cultural

Cómo adaptarte al nuevo contexto cultural

Para enfrentar con éxito el reto del nuevo contexto cultural vale la pena que pongas en práctica lo siguiente:

Infórmate sobre el lugar al que llegarás

Antes de viajar lee mucho y bien sobre tu nuevo destino. ¿Qué idioma hablan? Por ejemplo, si vas a España, verifica antes que nada, cuál es la lengua predominante y si las clases de tu universidad serán dictadas en español o en la lengua de la comunidad autónoma en la que vivirás. 

Busca en la red artículos y opiniones de otros viajeros sobre cómo fue su experiencia en el lugar al que llegarás. Pregunta sobre  la ciudad y aspectos más atractivos, investiga cómo es su sistema de transporte, qué lugares (barrios) son los ideales para vivir según tus gustos, cuáles son sus platos típicos, etc. 

Lee opiniones de otros estudiantes sobre la universidad en la que estudiarás. Fíjate si tiene, por ejemplo, oficina de apoyo al estudiante extranjero; qué actividades extracurriculares ofrece, etc. Haz una lista con recomendaciones hechas por estudiantes y turistas sobre qué hacer y qué evitar al vivir en esa ciudad. 

Aprende sobre su idioma

Esta podría ser tal vez una de las más importantes recomendaciones, más aún si vas a cursar tu carrera universitaria en otra ciudad, región o país. Haz una búsqueda rápida sobre la lengua predominante del lugar en el que pasarás todos esos años de estudio e investiga su léxico, sobre todo  su registro coloquial: sus expresiones típicas, qué palabras pueden resultar ofensivas, qué frases son ideales para demostrar respeto, aprecio o todo lo contrario, etc. Averigua cómo se saluda a extraños, a conocidos y a amigos.

Recuerda que aunque hables el mismo idioma de tu lugar de destino, cada cultura tiene sus propias formas de expresión y una misma palabra que para ti significa algo, para el habitante  de tu nuevo destino podría significar algo completamente distinto.

Conocer sobre el lenguaje del nuevo lugar te facilitará la adaptación y te ahorrará algunos dolores de cabeza e incluso hasta malos entendidos.

Apóyate en la flexibilidad y el respeto

Mantener una actitud positiva, dispuesta a aprender del entorno; una mente abierta para escuchar ideas que difieren de las tuyas y aceptar que hay formas distintas de hacer las cosas o más de una manera de hacerlas, te facilitará en gran medida toda la adaptación. Suena fácil pero en realidad es un trabajo que implica un esfuerzo diario. 

No es necesario que compartas ni que hagas todo como se hace en el nuevo lugar, pero sí es muy importante mantener la apertura para escuchar respetuosamente y entender cómo se hacen las cosas en ese nuevo ambiente. Ten presente que todo entorno, con paciencia, es susceptible de ser adaptado a tus valores y a tu personalidad.

Tanto aquello que te disguste como lo que más te guste puedes usarlo a tu favor para tu autodescubrimiento; de repente aprenderás a decir que no con seguridad frente a situaciones que te generen incomodidad y reforzarás tus valores y creencias. Además enriquecerán tu visión sobre el mundo con cada experiencia y aprendizaje.

Teje tu propia red social

Durante tu estadía trata de relacionarte con personas de tu nuevo entorno. Mantener relaciones sanas siempre será de gran ayuda para sobrellevar cualquier situación compleja del lugar donde vives. 

Además, los lugareños te ayudarán a entender y a aprender más rápidamente sobre su cultura, sus costumbres, su lenguaje. También te convertirás en embajador de tu propio país, lo que te dará mucha satisfacción y te mantendrá vinculado orgullosamente con tus raíces. La apertura del aprendizaje suele ser recíproca y súper enriquecedora para todas las partes: dales la oportunidad de que te conozcan y aprendan también de ti y de tus orígenes. 

Aprovecha el hecho de estudiar en el extranjero y muéstrales a tus nuevos vínculos qué comidas te gustan, cómo se habla en tu región, cuéntales sobre tu vida en tu ciudad natal. Mantener el interés en ambas vías hará de la experiencia intercultural algo mucho más divertido. 

Y nuestro último consejo, ten paciencia. No desesperes si al estudiar en el extranjero no logras encontrar tu lugar en ese entorno, ni si todo te parece lejano o ajeno todo el tiempo. Te aseguramos que si mantienes una actitud positiva, una mente curiosa, dispuesta al aprendizaje, pronto te estarás sintiendo como en casa.

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